Hoy, 21 de marzo, hemos celebrado el Día Mundial de la Poesía en las aulas de 1º de ESO C y D. Empezamos con una lluvia de ideas sobre "qué es la poesía" y continuamos leyendo algunas páginas del libro Lecciones de poesía para niños inquietos de Luis García Montero. Por ejemplo, los alumnos de 1º de ESO han aprendido que para escribir poesía:
- No es obligatorio hablar con diminutivos.
- No es obligatorio hacer poemas sobre los animales de una granja.
- Tampoco es obligatorio que todo sea muy bonito o requetebonito.
Y, además, como señala Luis García Montero "para ser poeta, hay que aprender a MIRAR"
Hemos leído en clase algunos poemas dedicados a objetos cotidianos como una bombilla, una máquina de escribir, unos calcetines, una cebolla...
————————————-
UNDERWOOD GIRLS
Quietas, dormidas están,
las treinta redondas blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado.
Que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco en blanco.
Por fin a la hazaña pura,
sin palabras sin sentido,
ese, zeda, jota, i…
———————–
(De Fábula y signo.) Pedro Salinas
35 bujías
Sí. Cuando quiera yo
la soltaré. Está presa,
aquí arriba, invisible.
Yo la veo en su claro
castillo de cristal, y la vigilan
—cien mil lanzas— los rayos
—cien mil rayos— del sol. Pero de noche,
cerradas las ventanas
para que no la vean
—guiñadoras espías— las estrellas,
la soltaré. (Apretar un botón.)
Caerá toda de arriba
a besarme, a envolverme
de bendición, de claro, de amor, pura.
En el cuarto ella y yo no más, amantes
eternos, ella mi iluminadora
musa dócil en contra
de secretos en masa de la noche
—afuera—
descifraremos formas leves, signos,
perseguidos en mares de blancura
por mí, por ella, artificial princesa,
amada eléctrica.
Pedro Salinas
Oda a los calcetines
Me trajo Mara Mori
un par de calcetines,
que tejió con sus manos de pastora,
dos calcetines suaves como liebres.
En ellos metí los pies
como en dos estuches
tejidos con hebras del
crepúsculo y pellejos de ovejas.
Violentos calcetines,
mis pies fueron dos pescados de lana,
dos largos tiburones
de azul ultramarino
atravesados por una trenza de oro,
dos gigantescos mirlos,
dos cañones;
mis pies fueron honrados de este modo
por estos celestiales calcetines.
Eran tan hermosos que por primera vez
mis pies me parecieron inaceptables,
como dos decrépitos bomberos,
bomberos indignos de aquel fuego bordado,
de aquellos luminosos calcetines.
Sin embargo, resistí la tentación
aguda de guardarlos como los colegiales
preservan las luciérnagas,
como los eruditos coleccionan
documentos sagrados,
resistí el impulso furioso de ponerlas
en una jaula de oro y darles cada
día alpiste y pulpa de melón rosado.
Como descubridores que en la selva
entregan el rarísimo venado verde
al asador y se lo comen con remordimiento,
estiré los pies y me enfundé
los bellos calcetines, y luego los zapatos.
Y es esta la moral de mi Oda:
Dos veces es belleza la belleza,
y lo que es bueno es doblemente bueno,
cuando se trata de dos calcetines
de lana en el invierno.
un par de calcetines,
que tejió con sus manos de pastora,
dos calcetines suaves como liebres.
En ellos metí los pies
como en dos estuches
tejidos con hebras del
crepúsculo y pellejos de ovejas.
Violentos calcetines,
mis pies fueron dos pescados de lana,
dos largos tiburones
de azul ultramarino
atravesados por una trenza de oro,
dos gigantescos mirlos,
dos cañones;
mis pies fueron honrados de este modo
por estos celestiales calcetines.
Eran tan hermosos que por primera vez
mis pies me parecieron inaceptables,
como dos decrépitos bomberos,
bomberos indignos de aquel fuego bordado,
de aquellos luminosos calcetines.
Sin embargo, resistí la tentación
aguda de guardarlos como los colegiales
preservan las luciérnagas,
como los eruditos coleccionan
documentos sagrados,
resistí el impulso furioso de ponerlas
en una jaula de oro y darles cada
día alpiste y pulpa de melón rosado.
Como descubridores que en la selva
entregan el rarísimo venado verde
al asador y se lo comen con remordimiento,
estiré los pies y me enfundé
los bellos calcetines, y luego los zapatos.
Y es esta la moral de mi Oda:
Dos veces es belleza la belleza,
y lo que es bueno es doblemente bueno,
cuando se trata de dos calcetines
de lana en el invierno.
Una vez que nos hemos acercado al mundo de la poesía y, en concreto, a la poesía centrada en objetos cotidianos, vamos a convertirnos en "poetas" por un día creando un poema dedicado a un objeto cotidiano, vamos a hacer odas elementales como hizo Pablo Neruda.Para ello, nos organizamos en grupo y cada grupo selecciona un objeto de los que les he presentado (un tomate, unas tijeras, un reloj, un peluche de Bob Esponja, un lápiz, un globo, un limón...). Para escribir el poema os doy algunos consejillos:
- Selecciona bien las palabras y organízalas de tal forma que el resultado sea un texto literario. Los poetas utilizan el mismo código lingüístico que nosotros, es decir, no emplean una lengua "especial" , pero consiguen hacerla especial por la selección y el orden que le dan a las palabras en el poema. Por ejemplo, si decimos "esa chica tiene el pelo rubio" un poeta podría decir :" su melena de oro" , " su brillante melena dorada"...
- ¿Qué nos sugiere el objeto que hemos seleccionado? Piensa que en la poesía se expresan sentimientos, por lo tanto tenemos que "rebuscar" en nuestro interior qué es lo que nos sugiere o nos provoca ese objeto. Por ejemplo, si elegimos "tomate" a mí, personalmente, me hace recordar un momento concreto de mi infancia: cuando acudía con mi familia a ver el circo ambulante que ponían cerca de casa y siempre me dirigía al circo comiendo un tomate partido en dos y con sal. Este puede ser un buen punto de partida para el poema.
- Tenemos que aprender a mirar y así podremos comparar y buscar metáforas. Por ejemplo, un globo inflado y amarillo podría identificarse con el sol.
- Piensa en con qué podemos asociar el objeto seleccionado. Por ejemplo, el reloj lo asociamos con el tiempo, con el paso del tiempo y, a partir de aquí, con la vida, el paso de la vida y la llegada de la muerte.
- Puedes también componer el poema sin mencionar el nombre del objeto seleccionado y hacer referencia a sus propiedades (color, utilidad..)
Comentarios
Publicar un comentario