“Mi primera vez”... probablemente muchos de vosotros habéis relacionado esta expresión con lo sexual, ¿verdad? En realidad, si nos paramos a pensar un poco, a lo largo de nuestra vida hay muchas “primeras veces” y, evidentemente, no siempre relacionadas con la misma temática.Recordemos algunas : la primera vez que fui a la playa, la primera vez que comí brócoli, la primera vez que me ingresaron en un hospital, la primera vez que tuve que hablar en público, la primera vez que entré en casa de mis suegros, la primera vez que comí con mis suegros, la primera vez que salí a la pizarra, la primera vez que fui a trabajar, la primera vez que me hice la cera, la primera vez que fui madre, la primera vez que fui a una discoteca, la primera vez que salí a la calle con mascarilla...y luego están los clásicos, la primera vez que besé a un chico o una chica, la primera vez que tuve una relación sexual y no nos olvidemos de la primera comunión.
Está claro que siempre hay una primera vez para todo (o para casi todo). Vosotros ahora estáis cursando por primera vez bachillerato, y quizá escucharéis a la mayoría de los profesores que esto ya no es la ESO, pero aún así sigue siendo vuestra primera vez. Y vamos a comenzar nuestras clases de Lengua haciendo un ejercicio de escritura en el que me contéis alguna de vuestras primeras veces que haya sido importante para vosotros. Pero antes quiero compartir con vosotros “ mi primera vez”.
Mi primera vez...
Era un manojo de nervios. Me levanté temprano, me arreglé y salí a la calle. Durante toda esa noche había intentado imaginarme cómo iba a ser. Cuando es la primera vez que vas a enfrentarte a una situación nueva hay muchos aspectos que nuestra imaginación no es capaz de recrear y muchos detalles se te escapan. Estaba frente a la puerta, me armé de valor y entré. De todas formas ya no había marcha atrás. Había dicho que sí.
Un par de días antes me habían llamado por teléfono. Estaba recién casada y esa llamada nos iba a separar durante algunos meses. Me ofrecieron una sustitución como profesora en el instituto Ribera del Tajo de Talavera de la Reina, Toledo. Iban a ser pocos meses pero estaba deseando vivir esa experiencia. Estaba aterrada, solamente imaginarme entrar en el aula y ponerme frente a los alumnos me provocaba pánico.
Yo era una persona muy tímida ( y sigo siéndolo) y me costó “lo mío” entrar en la sala de profesores y presentarme. Pero tenía que hacerlo. Conocí a los compañeros y me explicaron los grupos a los que tenía que darles clase. Era mi primera vez y empecé dando clase a 2º de bachillerato. El miedo crecía por segundos, tomé aire, respiré profundo y entré en el aula. ¡Buenos días, chicos!
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